Me lo propongo casi siempre, ser más serio, ser más divertido, ser transaccionalmente eficaz. Dentro de la semana asumo un nuevo estado y evalúo como he salido de mis actuaciones ante los otros. A veces quedo exhausto recopilando unidades de momentos que evalúo sin exactitud (¿habría un estándar?). Quiero parecer algo, pero si lo parezco me decepciono y si no lo parezco me decepciono; faltó una risa, un toque de seriedad, ¿me creyó? A veces dejo de proponérmelo, soy transaccionalmente confiado, no planeo ser divertido o serio, no planeo estar presente, en ese estado solo transito y recibo, quiero hablar, quiero reír, quiero llorar y estar solo, la diferencia es que lo hago, me siento espontaneo porque no espero lo que me responden, me siento integrado porque no pretendo sobre los otros, quisiera mantenerme en ese estado. Pero cae la tarde naranja, y me siento en mi cuadrado, me veo en este plano y me desesperanzo, pienso que no hay nada este mundo que me pudiera ser autócton...